Un día mi tío y mi tía nos fueron a visitar a casa. Mi mamá estaba conmigo. Estábamos acostadas en una hamaca paraguaya.
De repente, mi tío nos empezó a hamacar muy fuerte, tan fuerte que una cuerda se desató y mi mamá y yo nos caímos. Yo tenía dos meses; ella cayó de espaldas contra el piso, y yo reboté contra la pared y me resbalé detrás de un mueble.
Yo estaba azul, porque no respiraba y mi mamá no me encontraba. Ella me estaba buscando y mis tíos también.
Vino otro tío y preguntó "¿qué pasa?". Mi mamá le contó, desesperada, y mi tío, gritando dijo "pero ella está ahí, está azul". Mi mamá estaba reasustada. Mi tío me daba aire y mis otros tíos también. Al fin lograron que volviera a mi color normal. Después se fueron tranquilos porque yo estaba bien.
Al día siguiente yo amanecí con un chichón, sólo eso, después de que casi me muero.
Priscila (seudónimo)
De repente, mi tío nos empezó a hamacar muy fuerte, tan fuerte que una cuerda se desató y mi mamá y yo nos caímos. Yo tenía dos meses; ella cayó de espaldas contra el piso, y yo reboté contra la pared y me resbalé detrás de un mueble.
Yo estaba azul, porque no respiraba y mi mamá no me encontraba. Ella me estaba buscando y mis tíos también.
Vino otro tío y preguntó "¿qué pasa?". Mi mamá le contó, desesperada, y mi tío, gritando dijo "pero ella está ahí, está azul". Mi mamá estaba reasustada. Mi tío me daba aire y mis otros tíos también. Al fin lograron que volviera a mi color normal. Después se fueron tranquilos porque yo estaba bien.
Al día siguiente yo amanecí con un chichón, sólo eso, después de que casi me muero.
Priscila (seudónimo)