miércoles, 4 de julio de 2007

Un ser sobrenatural

Muchos siglos atrás, se hablaba en Europa de un ser extraño y sobrenatural. Se decía que este ser no conocía a Dios, que era una obra del Diablo. En aquél entonces América ya había sido colonizada por los europeos y habiendo exterminado a los indígenas de esas tierras decidieron ir a buscar a este ser extraño. Ellos sabían que él podía confundirse con la noche, porque su piel era tan oscura como el mismo Satán y que físicamente era muy fuerte. Ni siquiera podían pronunciar el nombre del lugar en que vivía, pero sí sabían como llegar.

Finalmente llegaron, desde España, Inglaterra, Holanda, Francia y Portugal bordeando la costa oeste de su tierra.

Mirándolo desde lejos observaron que tenía una lanza con la que cazaba y que dormía en una choza hecha de barro y ramas; cuando se enfrentaron con él, se asombraron de su aspecto físico y simplemente con mirarlo a los ojos sintieron su fuerza. Él les desmostró luego que sus brazos rompían sus redes y sus piernas estaban hechas para correr: desafortunadamente, los europeos descubrieron que se doblegaba frente a un látigo y que una cosa llamada cadena lo mantenía inmóvil; y así, con la excusa de que necesitaba de Dios, porque como ellos decían, una cosa así no podía haber sido creación de Dios, lo llevaron a esa tierra llamada América.



En su odisea lloraba y escupía sangre, extrañando su tierra y todo lo que allí había dejado.



Ya en una tierra extraña, el único que hablaba con él era un látigo, el mismo que lo había hecho subir al barco que lo trajo, y que lo obligaba a repetir palabras que jamas había escuchado y que apenas podía pronunciar.



Trabajó de día y de noche bajo el sol y la lluvia, y sin comer ni tener que ponerse en los pies descubrió la nieve, y así y todo resistió. Fue llevado a servir en casas, a trabajar en los campos; y cada lágrima derramada por él lo hacía más fuerte; su alma se hacía más resistente a dolor.



Ellos se admiraban de como soportaba y él se admiraba de la crueldad de ellos. Le dolían más su desprecio y su ignorancia que el látigo y las cadenas; así y todo resistió haciendo un esfuerzo sobrenatural y digo sobrenatural porque, quién resistiría más de doscientos años de dolor, humillación, vejación, desprecio, crueldad extrema, sólo para que otro que dice que Dios nos ama a todos por igual esté en su casa sin que el sol, la lluvia, el frío y la nieve lo toque porque trajo a un ser sobrenatural que resiste todo, que puede trabajar todo el día comiendo poco y nada, y al que con uno o dos harapos se lo puede vestir y en caso de que se rebele trescientos latigazos alcanzan para calmarlo.

Así fue la vida de este ser sobrenatural, misterioso y oscuro. Hoy en día son muchos y están en casi todo el mundo.

Dios les dio muchos dones(son cantantes, músicos, deportistas y muchas cosas más) pero sobre todo les dio alegría en recompensa por tanto dolor.

Ellos le habían puesto un nombre (esclavo). Dios les dice "hijos", pero parecen extraterrestres.



Micaela Solange Delgadino, de 1ro. 1ra.

No hay comentarios.: