miércoles, 17 de noviembre de 2010

La batalla de la locura

     
 
   Era una tarde de otoño de 1945. Yo me encontraba a pocas cuadras de mi casa en el bar de Rainsov, estaba con mis amigos oyendo el partido del equipo del que todos éramos fanáticos, el SK de Moscú. Nos habíamos reunido en ese pequeño y oscuro bar porque hacía poco habían recibido un nuevo modelo de radio que transmitía con mejor calidad de sonido.

     De repente vimos llegar un auto negro muy largo de esos que no pasan desapercibidos.Del auto bajaron dos hombres con fusiles y sobretodos verdes. Con sólo verlos se notaba que algo pasaba y se nos heló la piel. Escuchamos un gol de Zhirkov, el mejor jugador de Sk de Moscú, ninguno de nosotros festejó y mucho menos emitió un sonido; estábamos mirando fijamente a esos dos hombres.

     Entraron al bar con un paso firme y la vista al frente. Se pararon delante nuestro y el más alto dijo con voz de trueno:
-Hour Morsakova, Usof Malenki, ustedes servirán a su país en la guerra.
     
     Yo miré a mis amigos y sentí miedo por ellos, pero suspiré porque no me nombraron. Ellos salieron con los hombres. Camino al auto los dos desconocidos se miraron, uno volvió y dijo:

-Giuli Markov...-Me agarró del brazo y yo cedí a su poder.
   
   Increiblemente de un momento a otro sin noción del tiempo ya me ví en un barco con un fusil en la mano rumbo al campo de guerra. Nos hicieron meter en un campamento donde nos habló el coronel y así dijo:
-Yo soy el coronel Mislin Bulk y soy el jefe de este pelotón. Han sido reclutados para servir a su país.

     Yo y mi gran amigo Usof estábamos juntos en la misma trinchera fría, oscura y con olores.

     Pasamos una semana en tranquilidad, no hubo disturbios más allá de algunos disparos a lo lejos.Luego de una semana allí se escucharon los gritos de uno de los reclutados diciendo:
-Yankees a las doce en punto...Yankees...

    De repente sentí una opresión en el pecho y un frío que me atravesó. De inmediato apareció el coronelY nos dijo:

-Nos están atacando, prepárense para combatir_ Me miré con mi amigo. Me dijo:

-Ya estamos acá. Vamos a combatir.

     Yo no podía moverme, no salí de la trinchera y Usof tampoco pudo salir ya que él estaba detrás mío. Y aconteció que entró una granada en nuestra trinchera. Yo me desesperé y salí porque Usof me empujó hacia arriba pero vi sus ojos rogando por salir. Antes de alcanzar la luz del día y escuché la explosión y vi a mi mejor amigo sacrificarse por mí.

     La explosión me costó casi toda mi pierna izquierda, lo que me devolvió a casa malherido.


     Me encontraba en el hospital  y no podía sacarme de la cabeza esas horribles imágenes que viví.No me visitaron ni familiares ni amigos, tal vez me daban por muerto.

     Entró el coronel y me dijo:

- Tu esposa e hijos han perecido a causa del atentado en Moscú.

     Enfurecí como nunca antes y recordé todo lo vivido como si fuera a morir. Comencé a gritar y aparecieron tres hombres de blanco.

     Y aquí estoy yo en mi cuarto blanco con piso acolchado con mis brazos cruzados y sin poder moverme. Y ahora bien, ésta es mi historia para todo el que la quiera creer.

Eduardo Morón, Cristian Salaño, Lucas Cardilli, Axel Molina, Iván Mendoza y Ariel Arandia de 3ro. 3ra.

No hay comentarios.: